Muerto de Miedo
- Patricia Álvarez
- 29 ene 2018
- 2 Min. de lectura

Definición del miedo Se trata de una alteración del ánimo que produce angustia ante un peligro o un eventual perjuicio, ya sea producto de la imaginación o propio de la realidad.
El existencialismo nos dice que los mayores miedos de la humanidad son A la muerte (instinto de supervivencia) A la locura (ser normal, aceptado) A la soledad (vivir en pareja, en familia, en una sociedad) A la libertad (por la responsabilidad que conlleva, el ateísmo nos dice que nuestra creencia en un Ser Superior se origina en el miedo a ser cien por ciento responsables de nuestra existencia).
El título de hoy es “Muerto de Miedo” ya que físicamente cuando experimentamos un miedo extremo nuestro cuerpo reacciona de manera similar a un cuerpo sin vida. Nuestra temperatura es menor, nuestros músculos se ponen rígidos, la piel palidece, la respiración se enlentece y en momentos sentimos que nuestro corazón se detiene. Es decir todos nuestros signos vitales se deprimen.
El miedo produce cambios fisiológicos inmediatos: se incrementa el metabolismo celular, aumenta la presión arterial, la glucosa en sangre y la actividad cerebral, así como la coagulación sanguínea. El sistema inmunitario se detiene (al igual que toda función no esencial), la sangre fluye a los músculos mayores (especialmente a las extremidades inferiores, en preparación para la huida) y el corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células (especialmente adrenalina). También se producen importantes modificaciones faciales: agrandamiento de los ojos para mejorar la visión, dilatación de las pupilas para facilitar la admisión de luz, la frente se arruga y los labios se estiran horizontalmente.
Ya que los síntomas fisiológicos son tan notorios como el ritmo cardíaco o el cambio en la presión sanguínea la persona confirma la amenaza percibida de inicio y termina retroalimentando el miedo lo que inicia un círculo vicioso del que, si no se hace conciencia a tiempo, a la larga es difícil de salir y terminar en fobia. Paradójicamente la adrenalina generada durante un episodio de temor es gratificante para el cuerpo lo cual explica el gusto moderado o extremo de algunas personas por situaciones artificiales de miedo tales como la casa del terror, la literatura y claro está las películas de terror que son tan populares.
Muchos de mis pacientes llegan diciendo que quieren dejar de tener miedo, sin embargo, como lo explique antes, es una emoción necesaria en nuestra vida, sólo es cuestión de enfrentarlo, controlarlo y usarlo a nuestro favor.
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